Te debo todo
- Camila Céspedes
- Jun 21, 2015
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Muchos somos hijos de un papá ausente. Un papá que un buen día, se va

y uno se queda sin saber muy bien para donde ir. Me acuerdo que me rodeaba la rabia, la impotencia. Mi mamá tuvo que laburar el doble para traer a casa un poquito más, ella con sus propios miedos y con las mismas dudas que tenia yo y mi hermano. Todos con las mismas preguntas sin respuestas.
Nos aferramos a ese amor incondicional de una madre que con un poco de miedo igual siguió adelante. Porque nuestro mundo se desequilibró de repente y no comprendimos qué fue lo que pasó.
Es muy difícil olvidar los años de abandono, el no haber estado cuando tanto lo necesitamos, eso es muy un proceso muy largo de olvidar.
En el fondo, sabíamos que las cosas no estaban bien. Me acuerdo que participaba de escenas que no son fáciles de digerir y de discusiones que jamás hubiéramos querido oír. Pero la vida nos colocó frente a ese desafío y lo teníamos que asumir y seguir la batalla.
Comprender el abandono, comprender el porqué, ¿Fue consecuencia de su cobardía, de su inmadurez y de su poco corazón? No sé, y quizás jamás lo sepa, lo único que sé es que ésta fue mi realidad: pasar la etapa más difícil de mi juventud sin un hombre a quien llamarle papá cuando más lo necesité.
No le guardo rencor, no es odio ni dolor ¡No hay que confundir! Lo que si siento es una enorme e inmutable decepción, decepción de él como padre.
En realidad no tengo mucho que decir con respecto a eso, muy dentro mío ya le perdoné, pero los recuerdos de esos días tan difíciles siguen tan latentes como si hubiese sido ayer.
Así que hoy en el día del padre, muchas felicidades a mi madre que desde hace años cumple el rol de Papá y Mamá.
A ella le debo absolutamente todo lo que soy!
Te amo Mami.
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