Cuando se te cae un ídolo

A veces idealizamos tanto a alguien que no logramos ver que es tan pero tan igual a nosotros.

Normalmente vemos a alguien totalmente íntegro, honesto, hasta me animaría a decir que le vemos a una persona casi perfecta.

Personalmente, cuando me he encontrado con una persona así en mi vida, he intentado aprender de ella y guiarme de alguna manera por sus actos o sus palabras, y en infinitas ocasiones me he sentido muy afortunada por contar con su presencia, por poder entablar una conversación, por compartir un muy parecido gusto musical, o por compartir un par de cervezas, bueno, un montón de cosas.

De pronto se te cae el ídol@, el gros@, el/la más cap@, la persona en la que nunca ibas a desconfiar. Claro, es que no somos perfectos, eso ya sabía. Pero hay personas de quiénes realmente no esperamos que puedan actuar de tal manera en la que nos sintamos completamente defraudados, simplemente no encaja con todo lo que idealizamos.

Y lastimosamente lo hacen, todos lo hacen tarde o temprano.

Entonces me pongo a pensar: Absulutamnete nadie esperfecto, y todos metemos la pata en algún momento. Todos conservamos un lado egoísta, que en algún momento sale a la luz, y obvio, no somos extraordinarios.

Y es por eso que en lo posible debemos dejar de idealizar a las personas.

Cuando se te cae el ídolo, ya no volves a verle de la misma manera, nunca, porque siempre recordas aquello que te hizo cambiar de idea, aquello que por inesperado no querías asumir.

Claro que el aprecio o cariño hacia esa persona no se evapora, pero ahora ya está a tu mismo nivel, y sus pies caminan por los mismos senderos que los tuyos. Pero realmente y dentro de todo así es mucho mejor.